< PreviousPrólogo Tengo una amiga a la que no conozco. La descubrí en internet con sus campañas contra los tomates de plástico y las fotos de roscones robadas. Ella a mí en la radio hablando de política y de cultura. En mi familia, todas las casas tienen el libro Bizcochos, de Webos Fritos; en la suya, todos son fieles oyentes de Cope y de Cadena 100, en el coche o en el móvil. Y nosotras nos pegamos grandes parrafadas al teléfono y nos cruzamos continuamente en las redes sociales. Solamente hay un pequeño detalle: en estos más de diez años, no nos hemos encontrado nunca en persona y ahora, con el coronavirus, no parece fácil que vayamos a soslayarlo. Este pequeño manual de recetas “para otros” nace de unas cuantas conversaciones a salto de pandemia, ambas confinadas ―una en Guadalajara, otra en Londres― y sufriendo al ver el hambre que se avecina. No pretendemos nada más que dar ideas: facilitarle las cosas a las manos generosas que tengan ganas de alimentar al de enfrente, a la familia del piso de abajo que se merece un domingo de plato caliente, al inmigrante que duerme en el parque, comiendo lo que va improvisando al día, a esos feligreses que antes eran voluntarios y ahora pobres vergonzantes. A los sintecho. A los adictos. A los arruinados. O, simplemente, a los tuyos, que se van a quedar a vivir contigo de prestado una temporada. Es noticia en España que, desde hace varias semanas, las Cáritas no dan abasto. El Banco de Alimentos, las asociaciones vecinales y las parroquias se están volcando igual que en la anterior crisis, pero esta vez, a diferencia de entonces, no es nada fácil abrir los comedores sociales sin poner en peligro a los comensales. A las personas que tienen casa o habitación completa se les pueden dar los alimentos sin cocinar, pero el hambre en la calle es galopante: los mendigos tienen pocos paseantes a los que pedir, muchos restaurantes están cerrados, ¡no hay forma de comer barato, ya ni siquiera la comida basura es un recurso! Pregunta: ¿y si los que aún pueden ir al supermercado se meten en la cocina un día a la semana? Respuesta: aquí tienes veintiún menús completos, económicos y fáciles de transportar. (En el índice parecen veinte, pero a medida que vayáis cocinando descubriréis otro más, escondido entre estos fogones, y seguro que para entonces ya se os han ocurrido a vosotros otros siete; lo de Su es así de contagioso, y encima siempre sale). Es tan simple como un táper desechable, una pieza de fruta y una botella de agua. Puede parecer poco, pero ya sabéis quién cambia el mundo: mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas. Y si no cambia, por lo menos habremos aplacado el zarpazo. Paloma García Ovejero, Londres 2020 11Introducción Este pequeño recetario es orientativo. Evidentemente, depende de muchos factores: presupuesto, inmediatez en la entrega, temporada de los productos o donaciones de ingredientes. De lo que estamos seguros es de la buena voluntad de cocineras y cocineros, que -nos consta- es mucha. Solamente hay que apelar al sentido común para realizar los cambios que necesiten las recetas adaptándolas a vuestros medios o necesidades, respetando si es posible los cuatro puntos en los que hemos fundamentado esta miniguía: • Presupuesto reducido • Que en cada ración se encuentren cubiertas las necesidades de hidratos, proteínas y verduras • Fácilmente transportable • Que se puedan hacer grandes cantidades de golpe, y luego recalentar en el táper si fuese necesario Las recetas no son fórmulas matemáticas sino que, como los sentimientos, varían en cada persona y cada uno las hace suyas al llevarlas a la práctica. Esto resume de una forma maravillosa lo que sentimos las personas que compartimos la alegría de dar ingredientes y medidas para ayudar en algo tan fundamental como es cocinar cosas ricas con buena base, sabiendo que los demás les darán su toque personal. Con lo cual, tú, que vas a cocinar para otros, además de dar alimento a personas que lo necesitan, darás lo mejor de ti, tu voluntad de no dejar a nadie en el camino, de ofrecer refugio y alimento, calor y compañía. Lo que realmente ha importado siempre son las manos y el amor de quien cocina. 13Notas En todas las recetas de este libro los líquidos también se pesan. Siempre me ha parecido más cómodo que medir los líquidos por un lado y pesar el resto de ingredientes por otro. En este recetario no hay recetas de pescado fresco o congelado ―aunque sí en conserva― por ser un alimento con una conservación mucho más complicada. Se puede sustituir perfectamente en cualquiera de las recetas que llevan una proteína animal. En todas las recetas hay un ingrediente importante para mí: el aceite de oliva virgen extra, el zumo de la aceituna, tan preciado para nuestra salud. Puedes usar el aceite que tengas disponible, pero ojalá haya donaciones de este saludable ingrediente en los bancos de alimentos. Las recetas están calculadas para seis raciones. No obstante, en cada una de ellas aparece el símbolo de una calculadora que enlaza a una herramienta online para prorratear las cantidades a otro número de comensales. Si no tienes un ingrediente, busca en tu despensa otro parecido: el sentido común te guiará en tu estupenda labor en los fogones. Las fotografías son simplemente una compañía para hacerte más agradable la visualización del libro, pero no son imagen fiel de las recetas, ya que en este recetario hay añadidos finales con los ingredientes necesarios para cumplimentar el requisito más importante: que sea un plato único completo. 14Cocinar para otros Las recetasEnsalada de pollo y fruta Ingredientes Para 6 personas • 1 zanahoria grande • 2 mangos, manzanas o peras ―la fruta que tengas― • 6 tomates medianos • 6 huevos • 1 kg de pollo asado o a la plancha sin huesos • Una bolsa de brotes o una buena lechuga • Aceitunas verdes • Unas tiras de cebolleta tierna Para el aliño • Salsa rosa en bolsas individuales • Sal Prorratea para otro número de raciones Preparación 1.Pela la zanahoria y rállala. 2.Pela la fruta y échale unas gotas de limón para que no se ponga oscura. Córtala en dados. 3.Parte los tomates y ponlos a escurrir. 4.Cuece los huevos. Pélalos y pártelos por la mitad. 5.Trocea el pollo y quita los huesos si lleva. 6.Si usas lechuga, hay que lavarla y centrifugarla bien; con los brotes no hace falta, ya que vienen listos para usar. Montaje 1.Reparte entre las raciones la lechuga bien escurrida, la cebolleta, las aceitunas, la zanahoria rallada, la fruta troceada, dos mitades de huevo duro por ración, los tomates y el pollo troceado, asado o a la plancha. 2.Acompáñalo de una bolsita con salsa rosa y una pizca de sal. 18Next >